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Jul 31, 2015 fenomenosocial Cultura, Entrevistas con los autores, Literatura, Reseñas 0
➡ Vanesa Navaro |Ingenio|Literatura | Mayo 2015
La asociación ReCreándome celebra el primer Lunes de cada mes un encuentro de lectura en el municipio de Ingenio. Para quienes no conozcan el evento, éste se celebra en el Centro Cívico de Carrizal el primer lunes de cada mes a las 19 horas. Este mes de Abril el libro elegido fue: Vivir del cuento, de Luis Rivero.
El autor estuvo presente durante el club de lectura para ofrecer su visión de la obra y compartirla con los/as lectores/as. Luis Rivero es vecino de Carrizal, aunque actualmente vive entre el barrio del Burrero e Italia. Estudió Derecho y durante muchos años ejerció la abogacía, hasta que decidió tomarse un respiro y dedicarse a escribir. Vivir del cuento es su cuarto libro publicado, antes que éste estuvieron: Comenzar de nuevo (que fue el primero que se publicó pero no el primero que escribió); La campana de cristal y Vocabulario de español urgente.
El libro está dividido en dos partes: Cuentos y Anecduentos (anécdotas + cuentos), y a pesar de que no todos pueden ser considerados como cuentos de manera formal, ésta es una norma que el autor ha transgredido de manera intencional. La primera parte de la obra, está compuesta por cinco cuentos que se localizan geográficamente en el territorio insular. bajo el título «Cuentos cercanos» el autor rememora recuerdos del subconsciente colectivo que atesoramos en la memoria. En la segunda parte «Anecduentos», nos encontramos con historias contadas con mayor frescura que se desenvuelven en ambientes cotidianos. Son experiencias del exterior contadas con mucha ironía y picardía.
El título de este libro suele chocar bastante cuando el lector lo coge por primera vez. Pero ¿qué significa vivir de cuento?. En resumidas cuentas, lo que se suele entender, es como la máxima del vividor, aquel que pretende vivir la vida a base de la Ley del mínimo esfuerzo, no dar un timbalazo, como se suele decir. En este sentido, la baza sería el opuesto de esa máxima bíblica y ancestral en la que se decía “ganarás el pan con el sudor de tu frente”, entonces, vivir del cuento sería “ganarás el pan con el sudor del de enfrente”.
Esta visión de vivir del cuento, suele ser la más recurrida y la que más rápido nos viene a la mente. No obstante, en un sentido más literal de los términos, vivir del cuento es aquel que hace de la narración de cuentos un oficio, y que pretende vivir de ello. Es por ello que, con este juego de palabras semántico, se podría describir el sentir de este libro, y por eso su título para esta colección de cuentos y anecduentos.
Aunque no son exactamente cuentos, tal y como se entiende el típico formato o su estructura literaria, con una serie de personajes, con una serie de características, etc., sí que tiene su cierto parecido, aunque se ha querido, a conciencia, transgredir la estructura y las normas típicas de los dichos, con bastante atrevimiento por mi parte.
Por eso dividí el libro en dos partes bien diferenciadas; en “cuentos cercanos y anecduentos”, porque las historias de este libro iban saliendo de manera natural y espontánea, sin recurrir a grandes estructuras o formatos literarios.
Entre los cuentos, que más o menos todo el mundo tiene presente lo que son, podremos encontrar títulos como “El último viaje de Jacinto Marrero”, “La antropóloga”, “La luz de Mafasca”, “El rancho de ánimas” y “Karma”.
Los anceduentos, es un neologismo, una palabra que inventé a partir de unir el concepto que se tiene del típico relato de la anécdota y el cuento. Se trata de una manera de contar situaciones más o menos cotidianas que conocemos o que podemos saber a través de haber oído de terceros, es decir, situaciones comunes de las que podemos acceder cualquier de nosotros. Entre estos anecduentos podremos encontrar títulos como “Los secretos de la boca”, “Estrellas Michelin”, “Tántricos de Weekend”, etc.
En ambas partes se puede localizar el universo insular de Canarias. En la narración existen elementos de “insurealidad”, es decir, que las historias se desenvuelven es escenarios del territorio del archipiélago canario (escenarios narrativos), o bien, sus personajes son personajes comunes y conciudadanos nuestros.
> Sean lo que sean estos relatos, cuentos, historias o anécdotas de lo cotidiano, no tienen más intención que distender el ánimo del lector.Entretenerle, que es también una de las vocaciones de lo literario. La segunda parte de este libro se inspira en un modo de ver las cosas que, en palabras de Stuart Wilde, se resume en que “La seriedad es la enfermedad del ego”, y por tanto, no conviene tomarse la vida demasiado en serio.
Sirva este libro para ahuyentar el miedo. Y la forma más efectiva de hacerlo es practicando el sentido del humor y la risa. Porque si se tiene miedo, no se vence.
Por eso si consiguiera, en algún momento, tan solo arrancar una sonrisa o una carcajada –en el mejor de los casos- me sentiré inmensamente satisfecho.
Nuestro autor, cuenta, narra historias de su tierra. Anécdotas del pasado reciente.
Refresca la memoria dormida de quienes vivieron esa época.
Su estilo es claro, cercano, sencillo, es un libro que despierta en el lector añoranzas de un pasado todavía cercano, sonrisas y tristezas (según sea las vivencias del lector en la época en la que se sitúa el relato).
En las diferentes narraciones se ve el fin perseguido ¡Hacer pasar un buen rato al lector!. Yo veo algo más, la psicología de los diferentes personajes, hacen pensar en una tierra de raíces profundas en una tierra que ama sus orígenes, por encima de todo.
Estoy de acuerdo; pero el hombre debe abrirse a las diferentes culturas, somos ciudadanos del mundo, máximo, cuando se está tan lejos de Europa, tan aislado, como los están las islas canarias.
Nuestro escritor viajó a otros continentes, sino lo hubiera hecho, dudo que estuviésemos aquí hablando de su libro.
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