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May 28, 2015 fenomenosocial Conductas, Descubrimientos, Entrevistas, Psicología, Salud, Salud mental 0
El estrés es una mecanismo de tipo biológico, es decir, el organismo tiene un mecanismo de reacción frente a una situación de miedo y decide enfrentar o huir. Psicológicamente cuando tenemos una sobrecarga de presión, y esto viene sucediendo a lo largo de la evolución, o tenemos la sensación de peligro, el organismo reacciona ante el miedo enfrentándolo o huyendo. Si el organismo está preparado para enfrentar, para superar esa situación, enfrentará, si no tendrá que huir. En la época moderna ya no tenemos ese instinto evolutivo accidental, es decir, existe un estrés social , un estrés emocional más construido social y culturalmente. Y la ansiedad sería ya una situación definida en salud mental, son respuestas también del organismo a cómo enfrentamos el miedo.
Exacto, hay un egoestrés, es decir existe un estrés positivo y un estrés negativo. El estrés positivo se da cuando el organismo es capaz de enfrentarlo, manteniendo una activación eficaz hacia la acción o conducta. Mientras que el estrés negativo, el organismo se ve desbordado, es decir, las respuestas son excesivas y el organismo no puede resistir dicha situación por mucho tiempo porque se colapsa. Por ejemplo, en el contexto laboral, está muy bien, en los deportes, etc, está bien tener cierto grado de estrés porque ayuda a activar la motivación o al aprendizaje de habilidades. Pero también habría un distrés, el negativo, cuando el organismo no puede soportar esa excesiva activación o excesiva información. Cuando ocurre esto, lo normal es que el organismo, ante esta situación, se quede «con la mente en blanco», bloqueado, etc, ya que aparece el fenómeno psicológico de la angustia y el individuo, naturalmente, no puede reaccionar ante una cantidad ingente de estímulos infinita.
Sí, sí que lo es. Porque lo que nosotros entendemos, por ejemplo, en la parte de Mindfulness o atención plena, es que la mente trabaja en dos modos. Uno es en modo automático y el otro el modo de atención. En el modo automático se hacen muchas conductas rápidas y no conscientes, con lo cual el organismo se estresa mucho más rápido y se desorganiza mucho más la conducta. Sin embargo, cuando tienes más conciencia, cuando tienes más conciencia corporal con técnicas, como por ejemplo, el Tahichi, con el Yoga, etc, es porque con esa forma de trabajar, con ese entrenamiento de conciencia corporal más lento, te hace ser más consciente, y al ser más consciente tienes mayor progresión hacia la situación real y presente de la conducta que estas elaborando. Sin embargo, esas conductas aprendidas muy automáticamente, muy repetidas, no eres consciente y comienzas a cometer muchos fallos. Con lo cual, también, en el contexto de la psicología de la personalidad, vas teniendo dificultad del aprendizaje, de inmadurez, etc.
Sí, posiblemente en este sistema capitalista, individualista y demás, está muy enfocado hacia el individuo y las multitareas que debe realizar, y quizás estemos en una época en dónde se nos planteen otras formas de desarrollo personal, como ya lo están haciendo en otros países y culturas. En esos modelos más sociales, orientales, donde se fomenta la comunidad o el grupo, el énfasis no está tanto en el ego, sino en lo colectivo. Este tipo de modelos, evidentemente, tienen una ventajas y otras veces unas desventajas. Pero sí, la carga de individualismo supera muchas veces a los procesos de desarrollo personal.
Tenemos demasiada información externa. Las técnicas de Mindfulness van justo en el sentido contrario, es decir se orientan hacia el interior, no tienen tanto en cuenta cómo manejamos el mundo exterior. Lo que se está descubriendo con estas nuevas técnicas antiguas y que estamos utilizando para solucionar los problemas de estrés, van enfocadas más al autoconocimiento interior, es decir, hacia esa felicidad interna y no depender tanto de los objetivos externos. Lo que pasa es que el capitalismo, y toda la construcción social que ha habido hasta ahora, es un montaje dependiente que te hace sufrir infinitamente. Lo ideal es el manejo de las técnicas internas para reducir el estrés y saber acomodarlas en el exterior, y si ese exterior funciona con otras fórmulas que se asienten en un futuro para organizarnos mejor socialmente, mejor que mejor.
Estas nuevas técnicas han funcionado desde 2.500 años atrás en sistemas cerrados como lo es el Budismo , pero que hasta hace muy poco no era una alternativa para el mundo hasta que se abrió y se hizo científico y un instrumento clave para la psicología clínica para tratar trastornos psicológicos de diferente índole. Además con estás, se trabaja tanto con la autocompasión como con la compasión, el ser humano es inevitablemente un ser empático. En este sentido, entenderse puede evitar los mecanismos de frustración y lograr entrar en un proceso de aceptación al fracaso para evitar situaciones de estrés y prestar la atención plena para reorganizar la conducta. Las investigaciones científicas en las que se ha abordado las dinámicas de entrenamiento de la autocompasión y la compasión son mas resilientes, es decir, son más capaces de afrontar la adversidad. Por tanto hay una regulación de las emociones y se puede mejorar la conducta en este sentido.
No, yo creo que hay una mala orientación. Creo que existe un subproducto del capitalismo o las filosofías neoliberales en las que se entiende el éxito salvaje como fórmula , y después hay un crecimiento personal que se relaciona con ese modelo erróneamente. Hay un analista oriental que lo llamó muy bien, materialismo espiritual, es decir, el crecimiento personal se ha entendido más en el sentido de que esto es como ir al supermercado y me compro un poco de Yoga, de Tahichi, etc, como una especie de creencias a la carta. Entonces, este analista lo supo ver muy bien porque, claro, el venía de un lugar muy puro como el Tíbet, con una espiritualidad muy sana y llega a una sociedad como la estadounidense donde saben hacer muy bien el marketing y envolverlo todo como un producto. Observo que mucha gente se enganchaba como una moda, un subterfugio, un refugio. Y claro, esta no es la vida del crecimiento personal que ya sabemos que funciona, sino de una reproducción de ese éxito.
Como titulaba Lou Marinoff a su libro, » Más Platón y menos Prozac», debemos siempre ir encaminados hacia ese crecimiento personal o filosófico tahoista y menos encaminados hacia ese éxito salvaje que nos estresa. Porque claro, de aquí viene el fenómeno del consumo descontrolado de ansiolíticos y antidepresivos. A principios de los 80, todos los profesionales dedicados al mundo de la salud mental, estábamos todos a una en no recetar antidepresivos a nadie, excepto casos de extremada urgencia. Quizás, de los pacientes tratados ,sólo un 10% tendrían que tomar antidepresivos. No obstante, 25 años después, se ha invertido completamente este proceso. Y esto es lo que hay que cambiar, es decir, encontrar alternativas para solucionar ciertas carencias con estas nuevas fórmulas de crecimiento interior.
Lo cierto es que los occidentales observamos el tiempo linealmente, pero en otro tipo de culturas ya han reconocido que el tiempo es cíclico, es decir, que lo que sube tiene que bajar, y cuando baja revisamos para volver a subir, y así constantemente, como en la propia naturaleza, que es completamente cíclica. Y en este momento de crisis económica, por ejemplo, es una oportunidad para revisar, para comenzar a ir por otro camino desde los mecanismos internos y observando el aquí y ahora para obtener paz y tranquilidad. Porque en el momento que la mente se cuela en este presente nos quedamos atrapados entre el recuerdo y las expectativas, y así no avanzamos.
En psicología clínica para explicar los síntomas del estrés tendríamos que tomar como base la división que se hace entre la psicosis y la neurosis. Entonces, la neurosis es la conciencia del sufrimiento y la psicosis es la derivada de estar sufriendo sin ser consciente de ello. Es decir , las alucinaciones, los delirios , etc, son el resultado de un estado psicótico. La neurosis, al mismo tiempo se divide en dos, la ansiedad y la depresión, que se desarrollan en más. Los síntomas nucleares de la depresión serían, entre otros, la apatía, la tristeza profunda y la rumiación.
Esta última es el come coco, el guineo continuo del por qué no hice aquello o esto otro, etc. Es un automachaque continuo, una autoexigencia exagerada que está muy relacionada con el remordimiento y el sentido de culpabilidad cómo síntoma principal y nuclear de la depresión. Entonces, lo primero que hay que hacer es la autocompasión, perdonarnos. Segundo, eliminar la idea de que somos personas multitareas pero sí que podemos centrar la atención plena hacia un estímulo, una emoción, etc. De este modo podremos estar más cerca de esa felicidad, incluso de ser más productivos y eficientes sin la necesidad de estresarnos.
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