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Nov 24, 2015 fenomenosocial Agüimes, Ciudadanas & Ciudadanos, Conductas, Educación, Feminismos, Igualdad, Noticias, Sociología 0
➡ Alejandro C.D & Vanesa N.B | Entrevista| Feminismo | Igualdad | Noviembre 2015
> Erick Pescador es sociólogo y sexólogo. Psicoterapéuta. Ostenta un largo curriculum en educación en temas de género, igualdad, trabajo con hombres y prevención de la violencia machista.
Seguramente las mujeres que llevan mucho tiempo en el feminismo te lo podrían decir mucho más claro. Para mí, como hombre, significa crear un espacio de cambio social hacia la igualdad y hacerlo de forma activa. El feminismo durante mucho tiempo ha estado representado en forma y en manera, en mujer y en este último tiempo afortunadamente cada vez más, hay hombres que están por y para el feminismo, es decir, por y para la igualdad entre mujeres y hombres. En una sociedad que es patriarcal, que está ocupada solamente por varones y dirigida desde ellos lo lógico es que haya que desarrollar un trabajo, por no decir lucha, para poder hacer que las cosas se equilibren, que estén más del lado de la igualdad, y menos de la opresión, de la desigualdad, de la violencia de género, de la violencia machista.
A mí me sorprende todavía que a estas alturas de la película, cuando sabemos que el feminismo es uno de los movimientos sociales más poderosos del este siglo y del anterior, todavía llamemos al feminismo radical. Yo creo que la radicalidad o no depende del momento histórico. Hacía falta en un momento determinado un feminismo radical, que cambiara las cosas de forma radical, y ese feminismo ya está en otro lugar; también sigue habiendo momentos de radicalidad porque hace falta en todo movimiento social hacer empujones fuertes. En este caso hace falta un empujón fuerte en este momento para que los hombres empiecen a cambiar ya, no hay más excusas, ya es momento de que los hombres cambiemos hacia la igualdad. Y en ese sentido yo sería feminista radical, en el sentido de: vamos a cambiar a los hombres. Pero creo que el feminismo no solo vive de los espacios radicales, subsiste gracias a la necesidad de cambio. Lo hemos visto con el tema de la violencia, son quince años, si lo comparas con los 4.000 de patriarcado opresor pues en estos últimos quince años en España hemos conseguido cambios sociales importantes frente a la violencia que reciben las mujeres. Hay una aceptación más clara de que esto está ocurriendo, hay un pensamiento de que esto no puede ser y hay frente a la violencia más física, más concreta, la necesidad de cambiar. Y eso se ha producido en 15 años. Con lo cual sí es radical en cuanto se ha producido un cambio muy grande en poco tiempo, pero no lo es en cuanto la gente lo ha ido incorporando a sus vidas de forma normal.
Está claro, frente a cualquier movimiento que está intentando mover una losa patriarcal de 4.000 años, surgen resistencias, abusos, un machismo más sutil. En este caso Miguel Llorente lo llama post-machismo, nosotros lo llamamos neo-machismo pero, en todo caso, son estructuras de resistencia ante ese cambio. Hay un movimiento social fuerte en las redes, que realmente están representados por cuatro personas, o cinco, pero como en las redes todo tiene la repercusión que queremos que tenga, según el tiempo que tengas, parece que son cuatro o cinco personas con mucho tiempo. Y sobre todo tienen el respaldo de estos hombres que están enfadados con el cambio. Porque un cambio en la igualdad para los hombres significa un cambio en sus privilegios, no una pérdida de privilegios, sino un cambio. Significa que los hombres dejan de ocupar el puesto de preeminencia y eso tiene sus ventajas y sus inconvenientes, pero es necesario un cambio.
Todos somos agentes sociales de la masculinidad y la feminidad. El problema está en qué tipo de masculinidad y qué tipo de feminidad. Si hacemos referencia a la del siglo pasado o a la de hace 4.000 años hay algo que está mal. Si nosotros planteamos un cambio en la estructura de pensamiento, acción, vida de las mujeres en estos últimos 150 años de feminismo, está claro que tiene que haber una respuesta y un cambio ad hoc por parte de los hombres. Es decir, la estructura se mueve, y los hombres somos la otra parte de la estructura, tenemos que movernos. Exactamente el 49% de la población mundial, con lo cual hace falta que los hombres movamos esa estructura. Por lo tanto, cada vez hay más masculinidades diversas, igual que cada vez hay más feminidades diversas. Más diversidad en la forma en que nos expresamos como mujeres u hombres.
Sí, están educando justamente en la dirección opuesta. Si no hay esa contrapartida en la escuela, si no hay fondos ni intención de hacer una política social de igualdad y se va vaciando de contenido, pues es un carro cuesta abajo. La cuesta es el patriarcado y quien está tirando del otro lado es el machismo. Entonces, nosotros estamos tirando hacia un espacio de igualdad. ¿hace falta cambio? Sin duda. ¿Hace falta refuerzo? Sin duda. ¿Este refuerzo se ve muchas veces apagado por esa permanente reproducción del machismo tradicional, las películas, las series, 50 sombras de Grey, pero también Crepúsculo, pero también Clan tv, cualquiera de estos medios son reproductores del modelo de relación tradicional y opresora entre mujeres y hombres.
El tema de que se retengan los fondos y no se tenga el interés adecuado. Que se dediquen muchos fondos a la violencia en el tema de la emergencia pero que no se dedique, por lo menos la misma cantidad de dinero, a la prevención, esto nos coloca en un eterno retorno. Si solamente estás atendiendo la emergencia lo único que haces es sostener una situación insostenible. Si dedicas parte, no de esos fondos, sino de otros fondos, una partida especial a educación y a prevención, vas a conseguir, que cada vez en lugar de llegar 10 mujeres en situación de riesgo, van a llegar 5, llegarán 2 o no llegará ninguna, porque la sociedad entenderá que no tiene sentido. Hay muy pocos chicos y por supuesto muy pocas chicas que digan que la violencia es normal, que está dentro de las relaciones, que es posible, lo más evidente está resuelto, falta entrar en lo sutil: no, es que me quiere, le quiero y por lo tanto tengo que permitirlo. Esto es más sutil pero sigue siendo parte del proceso de cambio.
Agüimes es un pueblo de Igualdad, desde la Igualdad, vivido desde la Igualdad… Creando Igualdad es un proyecto que se fundamenta en la búsqueda de esa igualdad desde la prevención, desde la escuela. Se hace de forma integral porque es una adaptación del Proyecto Ulises, que es un proyecto en el que llevamos trabajando 15 años a lo largo del Estado y fuera del Estado. Es un proyecto básicamente de intervención con padres, madres, profesorado, alumnado de los centros para intentar hacer un cambio integral. Se ha hecho aquí en Agüimes en algunas ocasiones de manera puntual y ahora estamos haciendo un proyecto más grande y con la posibilidad de que esto continúe en el tiempo. Por ejemplo, la formación de profesorado que estamos haciendo este año va a ser una formación presencial y una formación on-line. Vamos a hacer un seguimiento durante un año para las personas que están trabajando con chicas y chicos y que pueden apoyarse en nosotros para seguir haciendo esta educación en igualdad.
El municipio de Agüimes es grande con lo cual estamos trabajando simultáneamente con 14 aulas, es poco tiempo y solo trabajamos con un nivel de edad, estamos hablando de 15-16 años.Es una parte fundamental, lo que pasa es que cuando hacemos un proyecto de este estilo siempre sentimos que nos quedamos cortos porque hay que seguir trabajando con todos los niveles.
Hay que trabajar también con la infancia, antes de que lleguen a construir determinados tipos de roles diferenciales. La evaluación es muy buena. La recepción del alumnado estupenda, el profesorado está un poco más reticente porque estamos en tiempo diffciles para ellos y para ellas, con mucho trabajo, mucha ley Wert y, por lo tanto, muy poco tiempo para dedicarse a formación. Afortunadamente hay un grupo muy importante de personas que a pesar de todo están haciendo la formación. Con madres y padres hoy es la primera actividad y yo confío en que tengamos una buena respuesta y que haya continuidad con ellos y con ellas.
Sin duda, otra de las cosas que se están haciendo para evitar el cambio -el patriarcado es extremadamente listo y pasa como con el capitalismo- se adapta y se convierte a lo largo de la historia para poder sostenerse. ¿Cuál es la forma de readaptación? Pues en lugar de decirle a los hombres: cambia, le dicen a las mujeres: parécete a los hombres. Y tenemos cada vez más mujeres, afortunadamente no muchas, pero sí algunas que para poder obtener la libertad, se empoderan con herramientas masculinas, entonces, masculinizan su comportamiento para poder ocupar ese lugar de poder. Y te van a decir que son libres, que son autónomas. Pero claro, desde dónde ese poder, desde una igualdad hacia los hombres o de una igualdad entre mujeres y hombres.
Si, para decir: fíjate que terrible es el cambio de las feministas que están haciendo que las mujeres sean guerrilleras. Y no es ese el cambio. Hay muchísimas mujeres que tienen claro esa necesidad de cambio en su vida y hay otras que adoptan un sistema más poderoso, el patriarcal, entonces lo incorporan en su vida para poder subsistir. No trato de culpabilizar a nadie por el lugar que ocupa socialmente pero sí generar cambios con un cierto sentido, con una cierta reflexión. Porque si los cambios de las mujeres pasan por cambiar al modelo de poder masculino y el poder masculino no se pone en duda, pues estamos en las mismas.
Fatal. Porque es devolver la violencia con violencia. Yo me peleé mucho con esa campaña del Ministerio de Sanidad donde salía un hombre gritándole a otro: un hombre que violenta no es un hombre. Es como apagar el fuego con gasolina. Decirle a un hombre que no sea violento a través de la violencia, es un sinsentido. Es como el efecto Neyra, yo creo que fue una vuelta atrás porque significó: «vamos a proteger a las mujeres contra los hombres, vamos a salvar a las mujeres». El hombre como el gran salvador, el superhéroe que llega y la salva, cuando el tema no es ese, el tema es cambiar la sociedad para que no se produzcan las situaciones de violencia, no que haya hombres que la salven del peligro con violencia. Que la sociedad se salve a sí misma.
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